La conquista del Portal – (torneo 11 oct.)

Cuando las tropas infernales consiguieron salir del desierto sofocante, se dieron cuenta de que el verdadero enemigo en aquellas tierras árias no habían sido el resto de facciones contra las que habían luchado, sino el mismo desierto. Sus provisiones de agua estaban bajo mínimos y su moral seriamente dañada. Lo único que los empujó a continuar hacia delante fue la vaga promesa de un lugar menos hostil tras la siguiente duna de arena.

Y finalmente habían alcanzado esa última duna, pero lo que descubrieron tras ella no fue lo esperado: abandonaron el calor seco del desierto para adentrarse en una de las muchas regiones volcánicas, llenas de pozos de lava hirviente, que plagaban el Infierno. Parecía que el propio Infierno se alzaba en pie de guerra contra ellos, obligándolos a cruzar las regiones más inhóspitas que lo formaban.

Los Occidentales añoraban su querida Nueva Jerusalén. Aunque fuera una ciudad cuyos bajos fondos parecían pozos de inmundicia, al menos dentro de sus muros estaban seguros y, de una forma u otra, podían encontrar algo que llevarse a la boca.

Los Perdidos avanzaban llenos de júbilo, con las reptilianas cabezas bien altas, tras haber derrotado a todos sus enemigos en el desierto (recordad que ganaron el anterior torneo). Sus escamas relucían a la luz de la lava y no parecían conocer el cansancio.

Los Sarracenos se apoyaban en su fe. Alá es grande y no permitiría que sus fieles seguidores cayeran bajo las espadas de los infieles. Y si lo hacían, antes se llevarían con ellos al mayor número posible. Esto no era más que una prueba de fe. Alá los estaba porbando para comprobar que fueran suficientemente puros para poder pasar por las puertas del Paraíso. Su gran líder Nazir, bendecido con la visión de Alá, los guiaba sin flaquear y ellos lo seguían ciegamente.

Los Demonios, conocedores de sus propias tierras, no habían sufrido tanto como los demás. Y aunque los traidores de los Perdidos les habían dejado en evidencia su orgullo no se había visto dañado por ello. Continuaron avanzando orgullosos, liderados por el bello ángel caido Asaliah, quien confortaba sus corazones con una sóla mirada.

Los occidentales, acostumbrados a las conquistas de nuevos territorios, hacía días que habían mandado a sus exploradores y finalmente llegaban con noticias que avivaron su codicia. Allí, unos cuantos kilómetros más adelante, se había abierto un extraño portal que no conducía a la Tierra, sino a otro mundo paralero rico en Materia Prima.

Las tropas occidentales ya empezaban a frotarse las manos imaginado los tesoros que encontrarían en aquel nuevo lugar. Pero no eran los únicos que recibieron esta noticia… Las llanuras infernales tienen ojos y oídos, sobretodo para aquellos que las habitan, y la noticia también había llegado a oidos de los Demonios y los Perdidos. Sin embargo, los Sarracenos supieron de la existencia del portal gracias a las visiones de Nazir.

De nuevo, los ejércitos se enfrentarían entre ellos para conseguir el dominio del Portal y los secretos que éste escondía.

Fotos

Y ahora os pongo unas foticos del torneo y comento un poco las jugadas.

Como ya comenté éramos 6 jugadores en un todos contra todos, en un tablero de juego de 1,20m x 1,50m. Durante el primer turno nadie se pegó con nadie, nos limitamos a coger posiciones. A parte que por la extensión del terreno era un poco difícil entrar en contacto en la primera ronda. Además, como había dos plañideras en el campo de batalla los jugadores se lo pensaban dos veces antes de dopar a sus minis.

La frase del momento fue:

– Gurkham: me gasto 2 puntos de comando con el lancero
-Alien: pues te llevas 4 de daño.
– Gurkham: que??!!, pues nada, no los gasto.

Y así quedó el campo de batalla después del despliegue:

Yo estaba en la silla vacía de la izquierda (que a saber dónde me habría metido en ese momento). El metro que sale ahí en medio del césped iba pasando por todos los jugadores, y eso que teníamos 4. Y en la parte inferior, al lado de un metro rojo y unos dados amarillos, está el fatídico rotulador rojo que iba sumando puntos de combate a Jafar (por cada miniatura que muriera en el campo de batalla, Yafar ganaba +1 CBT hasta un máximo de 10)

Un primer plano de Jafar, el gólem que al final acabó sin Isaías en el 2º turno, los portales a conquistar y Alien de fondo chupando cámara XD (es que es el único que ha salido en las fotos)

En el segundo turno (que no nos dio tiempo a acabar) las tortas estaban en la orden del día. Ungrim (que estaba a la derecha de Alien desde la vista de la foto) recibió de todos lados: de los demonios de Alien, de los sarracenos de Gurkham y de los occidentales de Instvan.

Alien consiguió alcanzar uno de los portales con la súcubo, mientras el resto de su ejército se movía en una masa compacta para proteger a Asaliah y a la Plañidera. La otra plañidera (la de Ungrim) murió a manos de un Gran Condenado de la Cólera de Alien. Y Jafar empezaba a sumar puntos de combate.

Ungrim ya tenía bastante con lo que se venía encima como para preocuparse por conquistar el portal. Y luchó con uñas y dientes contra los demonios, los sarracenos y los occidentales a la vez.

Gurkham, en un plan bien pensado, metió a Jafar en uno de las zonas de lava (es inmune al fuego) a la espera de que cogiera puntos de Combate, y cuando tuvo los suficientes se lanzó contra los occidentales de Instvan. Con una orden que tiene mató a 3 arcabuceros, pero entre la repuesta al combate de los arcabuceros y que cada vez que usaba la orden recibía 1 punto de daño por el efecto de la plañidera, Jafar acabó cayendo en una lluvia de fuego y roca. No sé quien mató a Isaías, pero en el turno siguiente el golem iba a estar descontrolado.

Instvan, con las 14 miniaturas que llevaba, iba acercándose al portal poco a poco y exterminando a todo al aquel que se le ponía al alcance. Sus granaderos, famosos por su movimiento de cintura a lo Elvis para esquivar golpes, tomaban posiciones para el ataque.

Hbariuso desplegó a sus occidentales-mercenarios hacia la zona de Instvan y hacia mis egares, que los pobres se llevaron una buena dosis de granada de sus arcabuceros, pero sólo consiguió matar a 1 (suerte de su PR)

Y yo, bueno… como no íbamos a poder acabar la partida ya no iba a poder usar mi estrategia, así que por dar uso a mis lagartijos los lancé contra los demios de Alien. Y el chucho asqueroso sólo fue capaz de sacar 1 éxito contra una DEF 3… ¬_¬  dados para qué os quiero…

Y unas fotos de cómo iba quedando el campo de batalla a mitad del 2º turno. De seguir así en el 4º ya no iban a quedar minis XD

Un Doppelsolner solitario en busca de los infieles sarracenos.

Los demonios de Alien agrupándose. Y al fondo la &%x$* de la plañidera y Asaliah. No sé por qué no las ataqué… estaban solitas… ¡Ah sí! porque mis bichos no llegaban ni corriendo. 😛

Como veréis la cosa ya empezaba a despejarse. ¡Mira! ¡Ese codo del fonde a la izquierda es mio!

Y eso es todo. Nos lo pasamos muy bien, nos reimos mucho, lamentamos no poder acabar la partida porque empezaba a ponerse muy interesante, probamos algo diferente y al final sorteamos el dibujo.

Por si alguien se lo pregunta, las chinchetas eran para marcar los cuadrantes 😉