Las miniaturas de Hell Dorado- Occidentales

La caja básica de los Occidentales está compuesta por: Francisco vargas, 1 misionero, 1 Espadachín, Sara Zingaresque, Anna Bogna Pavlova, Aidan saint James, 3 arcabuceros y 2 lémures (Maroufle y Chandelle)

El sargento Aidan Saint James es un independiente muy útil para los oficiales para asegurar una buena coordinación de los arcabuceros occidentales. Es un auténtico líder sajón, apremia a sus hombres con juramentos para hacerlos recargar lo más rápido posible. Buen tirador, también lleva una fina espada, siempre presto a salir a defender la primera línea de su facción.

.

.

.

.

Alvaro Echevarria de Balaguer es un inquisidor iluminado cuyas calidades de elocuencia y de persuasión transformarán a un creyente moderado en un seguidor exaltado de Dios. Entra en la principal ciudad occidental del Infierno (llamada Nueva Jerusalén), soltando su arenga persuasiva:

» Una única palabra me viene hoy a los labios, una única idea, una única opción … ¡Cruzada! ¡Cruzada! ¡Cruzada contra el demonio! ¡Cruzada contra la amenaza sarracena! Los incrédulos están a nuestras puertas, y ya invadieron una buena parte de los Infiernos. ¿ Los podéis sentir? ¡En su depravación, se entregan a todo tipo de orgías, copulando con demonios con la sangre de jovencitas cristianas! ¡Purifiquemos los Infiernos, devolvamos a su casa a estos perros infieles, adoradores de Satanás! «

Anna Bogna Pavlova viene de Ucrania, dónde dio a comer a los cochinos (en el libro dice que a los parroquianos de la taberna que regía) al su cosaco de su marido. Se unió a la facción occidental cuando era cantinera del ejército de Tilly. Mujer fuerte, incluso muy fuerte, Anna es una excelente guardaespaldas para el que sabe ganarse sus servicios. Temible e incansable, recorre el campo de batalla administrando golpes con su enorme maza de combate.

.

.

.

Los arcabuceros (arquebusier) son soldados occidentales, tropas preparadas para combatir a distancia. Un pequeño fragmento del libro: «Nos tragamos nuestra última comida, la de los condenados. La carne sabe a carroña, el pan es compacto como piedra. Percibo los estertores de agonía de compañeros capturados por el enemigo. Gritos estridentes surgen de la noche. ¡Gritos largos, tan largos! Me tapo los oídos, pero no sirve de nada. ¡ Dios sea testigo de que no caeremos sin luchar, por nuestros muertos, por nosotros, por la gracia de Diosy con toda la fuerza de nuestros arcabuceros! El arcabuz es inútil para los combates relámpagos que nos impone la calaña demoníaca. El arma se vuelve ineficaz más allá de los 18 metros. Además, su sistema de encendido a mecha es un verdadero calvario. Prender fuego cuando un lagarto gigante a dos patas carga contra tí es un verdadero desafío, y luego no hay que olvidar recargar. No hay que olvidar que esta arma es verdaderamente eficaz cómo la usan los suecos: en salvas compactas y disciplinadas. El capitán nos prometió nuevos modelos provistos de una culata de sílex, con la mejora de cartuchos de papel, pero no estoy demasiado convencido de ello. A pesar de sus numerosos defectos, cualquier bribón con una formación rudimentaria puede utilizar este arma. ¡Ah esos ejércitos de campesinos hechos soldados por la magia del arma de fuego! ¡ Ya verás mamá qué espectáculo es un ejército que dispara miles de arcabuces! Mil centelleos, un estruendo atronador, y una nube de humo que haría palidecer a los cielos. Qué sentimiento de invencibilidad que da ver a las filas enemigas segadas como trigo, o de parar en seco la carga de essos pedantes de coraceros. Invencibles, sí …»

Baptista Valombre

Es un oficial Occidental. Aventurero, explorador y erudito, Valombre es un verdadero as del gatillo. Es capaz de incrustar una bala entre los ojos a cualquiera que se ponga al alcance de su pistola experimental. » ¿ Dios? ¿ De qué Dios hablamos, señores? ¡ No me considere insensible a sus creencias, pero por favor, deje a su Dios en las Alturas y permita que el hombre se encargue de su propio destino! «
Declaración atribuida a Baptista Valombre.

.

Espadachín (bretteur) es otro de los independientes de los occidentales. Es una mini realmente buena una vez dopada con sus órdenes. Estos hombres son duelistas mujeriegos, borrachos y jugadores… pero hábiles en su trabajo.

«¿Cuántos de estos nobles, hijos menores de buenas familias, se has lanzao a los caminos? ¡Desheredados por el derecho de primogenitura, deseando mostrar su poder ante el mundo! Les saldamos nuestra cuenta a los príncipes alemanes durante las guerras germánicas. Algunos de nosotros nos encontramos al mando de regimientos. ¡Incluso de ejércitos! La perpétua hoguera que era el Santo Imperio me permitió realizar proezas marciales dignas de ser cantadas. Hice tantos duelos inútiles, descuarticé a mil hombres buenos… Durante mi viaje me relacioné con varias docenas de mis compadres espadachines. Brandeburgueses, sajones o bávaros… todos ellos tenían, como yo, un gusto inmoderado por el alcohol, las mujeres y los duelos. Qué de tardes memorables pasadas alrededor de un fuego, bebiendo, riendo, seduciendo, así como hablando alegremente sobre las visicitudes de nuestra existencia. Mi práctica del alemán y de la alemana, mejoró notablemente. ¡Ah, los deliciosos modales de tus compañeros con tetas, de decir no cuando piensan sí!»

Un Doppelsöldner es un soldado de élite que es capaz de hacérselo pasar realmente mal a los Independientes de las facciones opuestas. Va completamente recubierto de armadura y su «modis operendis» es lanzarse de lleno contra el enemigo.

«Apoyo, Albrecht, como otros oficiales, la creación rápida de regimientos compuestos de soldados doppelsölners, pertrechados tal y como exige la situación. El enemigo utilizará el choque en lugar del fuego a distancia, deberán ser revestidos de acero, de pies a cabeza.» Correspondencia del teniente coronel Raimondo Montecuccoli al general Albrecht von Wallenstein.

Francisco Vargas, oficial de los Occidentales. Contratado por el cardenal Richelieu y Enrique II de Borbón, a pesar de la reticencia del primero por ser español.

Este noble castellano sirvió mucho tiempo bajo las órdenes del conde de Spinola. En aquella época de guerras en exceso, ya era encargado de las misiones especiales de su general, llamando allí dónde el señor no tenía acceso. En el Infierno cumple el mismo papel que había desempeñado en él en el Imperio. Poseyendo un ingenio táctico y una audacia extraordinaria, Francisco Vargas tiene la reputación de ser un hombre duro y despiadado. Combatiendo como uno más al lado de a sus hombres, este franco-capitán tiene también el don de rodearse de personalidades brillantes. Con su sola mirada puede dirigir a su tropa eficazmente, sólo si dispone de hombres capaces de cumplir y de trasmitir de sus órdenes al pie de la letra.

Acorazado como un carro de asalto, tan rápido como un cohete, fuerte como un turco; el oficial occidental Georg Von Holbein tiene sólo un defecto, su coste de reclutamiento de 80 puntos.

«Holbein regresó cuarenta días más tarde, profundamente transformado. ¡Vestía una armadura completa de manufactura extraña, que dijo haber forjado con sus manos, bajo inspiración divina! Dios le había asignado una nueva búsqueda: expulsar a los infieles de los Infiernos. La armadura grabada era negra como una noche sin la luna y tras su yelmo, se podía sentr el fuego de su mirada. Más nadie lo volvió a ver con la cabeza al descubierto nuda o sin su armadura. «

Los Granaderos (grenadiers) complementan de forma explosiva «el sector de disparos» de su facción. Provistos de devastdoras granadas de poco alcance, pueden lanzarse en «misiones suicidas» para devastar las filas enemigas. Uno de los granaderos tiene un trabuco que introduce en el sistema de juego Hell Dorado las reglas del soplo percutante. Esta arma de fuego permitirá alcanzar varios blancos con un solo ataque.

«El granadero es más que un soldato raso, es alguien que, por encima de todo, tiene un fin único: hacer explotar su puta granada lo más lejos posible de él. No pienses, céntrate en tu objetivo, prende fuego a la mecha sin insistir demasiado, apuntas, lanzas, escondes tu culo. ¿ Comprendes o no comprendes?

Mesire Valet es un pequeño demonio que sigue a todas partes a Baptista Valombre, ya que Valombre salvó su vida y el pequeño juró que lo seguiría mientras viviera. Así pues es su criado personal. Baptista puede cambiar su posición con la del pequeño demonio durante la batalla.

«Bueno, es verdad que he sido esclavizado por un humano. Me avergüenzo, pero qué quieres, ¡hago lo que puedo! Cuando se es pequeño, blandengue de brazos y poca cosa no quedan muchas opciones. Valiente, lo mejor es morderse la cola y esperar días mejores. Además, soy un gafe. Sí señor, ¡ni te lo imaginas! Cuando mi señor Baptista dice “creo que algo malo va a pasar”, ¡seguro que algo empieza a fallar!.No sé porqué, pero es así, desde el principio de mi vida de demonio que es así.»

El misionero (missionnaire), esa alma caritativa enviada por la Iglesia para cuidar de sus ovejas… «En respuesta a la amenaza proveniente de los Infiernos, a fin de evitar toda posible propagación demoníaca en nuestro mundo, la segunda decisión tomada por nosotros, será la de enviar a las cuatro esquinas del Infierno a los representantes más devotos de nuestras órdenes. Nuestros sacerdotes, representantes de la muy Santa Iglesia y de sus respectivas órdenes, han sido seleccionados por su devoción, su alma fuerte y además por su determinación. Todos son excepcionales exorcistas, estudiosos de las ciencias ocultas, del arte del interrogatorio y del descubrimiento de las artimañas del Maligno. Además de ser sabios consejeros, encontraréis en ellos hombres de buena volntad, llenos de recursos. serán capaces de exaltar el ardor de vuestros hombres, de luchar contra la corrupción demoníaca, así como de traer la gracia divina a los necesitados, heridos o moribundos.

Enseguida apreciarán, señores de la cristiandad, el celo y las habilidades de sus humildes servidores. Queremos asegurarles que, a pesar de algunos desacuerdos nuestros que se oponen, no pensamos dejar sin pastor a las innumerables ovejas de Dios. Así lo hemos dicho. Así sea.»

Urbano VIII, obispo de la Iglesia Católica.

Una chica de las tierras de Moravia, Sara Zingaresce es una cíngara que domina el arte secreto de la demonología. Peligrosa como una pantera que quiere proteger a sus pequeños, envía sus lémures a difundir fuego y llamas por entre los enemigos más temerarios. Se murmura que su corazón no puede sentir ya más y que su presencia sobre las tierras infernales sería la consecuencia.

.

.

.

.

Sor Eloísa tiene como particularidad que no se coloca sobre el campo de batalla al principio de la partida. En efecto, la devota es capaz de aparecerse dondequiera sobre el campo de batalla con el fin de saltar sobre la élite enemiga y asesinarlos …

«Cubierta por una aureola de luz, la desnudez disimulada por un velo fino y diáfano, una silueta grácil y delicada apareció allí, con un extraño puñal en la mano. Venida de la nada, acababa de matar con un golpe certero a un enemigo capaz de acabar con un centenar de hombres él solo. Los Condenados parecían vacilar, horrorizados por la pérdida de su señor. La dama se volvió hacia nosotros, levantando los brazos al cielo. Sus ojos brillaban en la semioscuridad, su voz parecía llegar desde una media legua de distancia, pura y glacial…»

Capitán de Beaulieu, tercer informe de las marchas de Kohut dirigido al Consejo.

los sicarios, más concretamente «espadas de alquiler», eran los asesinos a sueldo de la época.

«Durante las Guerras Imperiales, se encargaban principalmente de robar, torturar o forzar a cualquiera que tuviera la mala suerte de toparse con ellos. Una de sus especialidades culinarias era “la sopa sueca” ¿Su receta? Tome su vitela más bella y, por favor, tome nota; su querido marido la apreciará. Recoja un mojón por cada miembro de la banda, mézclelo todo en un cubo, licúe la pasta que resulta mediante agua u orín. Ahora hágaselo beber todo al afortunado elegido hasta que se hinche su estómago. Luego, cuando el afortunado ha sido alimentado con tal festín, cuando su vientre esté abombado, cuando su boca rechace las miasmas de su comida, salte encima de él con ardor hasta el estallido del estómago.»